Trabajar con un socio al momento de establecer un negocio no es imprescindible, pero sí recomendable. Un socio te permite compartir el trabajo, aprovechar diferentes ideas, ampliar tu red de contactos y mucho más. La realidad para muchos emprendedores es que, después de intentar hacer todo solos por unos meses, se desaniman cuando no logran los resultados que esperaban. Tener un socio te permite compartir estos momentos con alguien que te entiende y te anima a seguir luchando.
No existe uno perfecto, pero hay ciertas características que te permiten determinar si alguien es un buen socio para ti:
• Tienen habilidades distintas y complementarias: lo peor que puedes hacer es elegir un socio que piensa igual que tú y que domina los mismos temas. Debes trabajar con alguien cuyo punto fuerte es tu punto débil, para complementarse por el bien del negocio.
• Han trabajado juntos en el pasado: esto es sumamente importante. Si no han tenido la oportunidad de trabajar juntos hasta el momento, deben emprender un pequeño proyecto juntos o trabajar en el negocio por un período breve de manera informal para ver si sus formas de trabajar, personalidades y éticas de trabajo son compatibles.
• No están de acuerdo en todo: si quieres verle la cara a alguien que nunca te responda “no”, entonces mejor lleva un espejo a la oficina y olvídate del socio. Lo más valioso de tener un socio es precisamente que no ve las cosas igual que tú y puede aportar otra perspectiva.
• Cada uno conoce sus habilidades y deficiencias: es peligroso trabajar con un socio que no tiene en claro qué temas no maneja bien. Puede cometer errores serios por aparentar que tiene más conocimientos de los que posee. Si no tiene la confianza para ser honesto, es mejor evitarlo.
Si tomas la decisión de tener un socio, sigue estos consejos para evitar problemas y sacarle el máximo provecho a la sociedad:
Evita los socios con participaciones iguales
Si cada socio tiene el 50% de las acciones y el mismo peso en las decisiones, un desacuerdo fuerte puede provocar el cierre del negocio por no existir forma de superarlo. Si no hay un socio mayoritario, es aconsejable que inviten a un tercero neutral para que tenga una pequeña participación y sirva para desempatar las decisiones importantes.
Prepara un acuerdo legal con el asesoramiento de un abogado
Jamás se debe confiar la sociedad de un negocio a un apretón de manos. La memoria humana no es perfecta y, si hay un desacuerdo siete años mas tarde, ¿realmente crees que recordarán qué dijo cada uno? Hay muchas formas de ahorrar dinero al momento de emprender un negocio, pero eliminar los costos de la elaboración de un contrato no es una de ellas. Es sumamente importante que el acuerdo contemple claramente qué sucede si uno o ambos deciden que no quieren seguir trabajando juntos.